En penumbras yo te tenía mientras tú creías que yo era tuya.
Y es que mientras reíamos a carcajadas en la cama me perdía en las calles de Madrid lejos, muy lejos de aquí.
Tus manos se enredaban en mi, inevitablemente yo me enganchaba en otras horas perdiendo todo el ritmo.
Adios cadencia, bienvenida tu ausencia.
¿Te agoté?
Vete y no vuelvas más, estoy cansada de ti, de tus despedidas, de tu boca, del cambio que debía llegar ayer, de ti y de mi, de lo que soy contigo, de lo que no eres conmigo.
Ahora no estás aquí, ¿yo? yo jamás lo estuve.
*se rompió la cuerda